“- ¡Cómo que al logopeda!, ¿para qué?, ¿ceceo?, ¿qué ceceo?, ¡pero si es muy gracioso!, ya se le pasará: es que se le escapa el aire por los huecos de los dientes!!
…
“¡- Y dos días por semana!, ¿y el inglés?, ¿no coincidirá con música, no? Ah, ¿que tú no puedes llevarle?”
…
“Ya, ya, … ya, problemas de aprendizaje, sí, vale, no, claro, claro, yo me encargo, la consulta del Dr. Cadalso, que fue compañero tuyo, perfecto”
Y empieza una nueva vuelta de tuerca. Deja corriendo el trabajo los martes y jueves para llegar a tiempo. Lleva el bocadillo preparado y, como es invierno, compra unas castañas antes de volver a casa para ir comiendo por el camino. Ayuda con los deberes, toma la lección y tiene en mente algo rápido para la cena.
Todos los días prepara tres series de cinco palabras con ese y cinco con zeta. Ejercicios palato-labiales y control de la respiración: uno – dos, uno – dos, uno – dos. Que no se acaben las pajitas para los ejercicios de sorber agua. “A ver cómo llevamos los problemas de matemáticas hoy”. “Creo que mañana coincide la revisión del dentista con la cita del colegio, hablaré con mi madre, a ver qué podemos hacer”. “Y antes de ir a casa que no se me olvide comprar leche semidesnatada. Vaya “semidesnatada” tiene dos eses, igual hoy me ahorro una palabra”. “Si le dejo en la consulta mientras practica con las fichas me puede dar tiempo a comprar algún regalo para Reyes, lo voy a intentar, a ver si hoy, para variar, no se retrasa Cadalso”. “Bien consulta también tiene ese, me la apunto”. “Lo de la zeta es más jodido, no salgo de “zanahoria” y “zuecos”, y ahora dudo de si mi hijo cree que me refiero a los jugadores de Suecia, le estoy liando”. Por supuesto que el doctor también se retrasa hoy y, además, con la mejor de las sonrisas anuncia que el niño va muy bien y que es posible en otros cuatro meses se puedan plantear finalizar el tratamiento. Cuatro meses más. Cuatro.
“A ver si hoy tengo tiempo. Mierda, ¿dónde he dejado apuntada la lista de regalos?, ¿era Versace o Chanel lo que usaba ella?, ¿no le valdrá con un 2 x 1 de Eau Jeune?” “Este año no llego ni por el forro, malditas consultas”.
…

Feliz Navidad, Feliz Año a tod*s
Pero todo parece suavizarse el 24 al mediodía, la prisa se remansa porque la tradición es la tradición y, por un día, se puede dejar a los niños con sus abuelas y salir todos a potear desde la mañana: hoy no hay deberes, no hay prisas, ni inglés, ni médicos, ni carreras. Poco a poco van cayendo martinis, blancos y cervezas. Más tarde llega la hora de picar algo, cualquier cosa, ya llegará más tarde la noche con su cena especial y sus bolas de coco en el postre, ahora queda lejos entre las nubecitas de alcohol que se van formando sin urgencias. Se recuperan los buenos momentos del año y se hacen planes brillantes para el futuro: ¡tantas veces la inspiración y el vino comparten copa!
Entrados ya en calor por dentro van de una calle a otra, de un bar a otro; no es bueno mezclar bebidas, pero hoy no importa. Hoy son libres a tiempo parcial.
En un momento ella se retrasa y se queda hablando con alguien: “Ven, ven, mira: es Javi” y él piensa “coño, el cabrón de Cadalso” Tras un breve autoexamen, confirma que su tasa de alcoholemia llega como poco a atenuante y con un poco de suerte puede que sea eximente, así que se acerca con una gran sonrisa en la cara y silabea con esmero:
“- Hombre, doctor: Fe-lid Na-vi-daz”
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